21 de enero de 2008

EL VIENTO DEL ESPÍRITU EN ACCIÓN


Al viento del Espíritu
que sopla donde quiere, libre y liberador,
vencedor de la ley, del pecado y de la muerte.

Al viento de su Espíritu
que se remansó en el corazón y en el vientre
de una aldeana de Nazaret.

Al viento su Espíritu
que se apoderó de Jesús para enviarlo a anunciar
la Buena Nueva a los pobres y la liberación a los cautivos.

Al viento de su Espíritu que se llevó en Pentecostés
los prejuicios, los intereses y el miedo de los apóstoles,
y abrió de par en par las puertas del cenáculo
para que la comunidad de los seguidores de Jesús
fuera siempre abierta al mundo y libre en su palabra
y coherente en su testimonio e invencible en su esperanza.

Al viento de su Espíritu
que se lleva siempre los nuevos miedos de la Iglesia
y abrasa en ella todo poder que no sea servicio fraterno
y la purifica con la pobreza del martirio.

Al viento de su Espíritu
que reduce a cenizas
la prepotencia, la hipocresía y el lucro
y alimenta las llamas de la justicia y la liberación
y es el alma del Reino.

Para que seamos
viento en el viento,
hermanos.

Pedro Casaldáliga



Pentecostés 06/03/06
Casa de la Trinidad - Monjas Trinitarias - Suesa, Cantabria